Y es que te dejas tus ahorros, tus ilusiones y hasta pides un crédito para tener la bicicleta de tus sueños y después, viene con un cableado digno de una bicicleta de gran superficie o con unas pastillas de freno que podrían ser muy mejorables.
Jagwire pone a tu alcance el acabado y la personalización que a tu bicicleta le hace falta y además lo hace en unas partes que reciben un uso intensivo y que la calidad se siente desde la primera pulsación del entrenamiento sobre el cambio hasta el tacto del freno al llegar a casa.
Vicsports, siempre fiel a su filosofía de acercar a los consumidores productos de calidad relacionados con el mundo del ciclismo, anuncia con suma satisfacción la distribución para toda España, Andorra y Portugal de una nueva marca: Jagwire. Y lo hace coincidiendo con su 20 aniversario ofreciendo los mejores sistemas de frenado y cambio del mercado.
Y es que un buen cableado es fundamental en el rendimiento de los componentes de tu bicicleta a la par que reduce el mantenimiento. Todo ello redunda en una satisfacción interna que sentimos cuando el tacto de frenos y cambio se mantiene como el primer día en que la bicicleta salió de la tienda.
Jagwire pone a tu disposición discos y pastillas de freno (disco y zapata) de alta fiabilidad y rendimiento con los que frenar tu montura sin dudas ni incertidumbres sobre su efectividad. No en vano, confiar en el sistema te permite apurar más la frenada y conseguir un rendimiento deportivo superior, justamente en un momento en que el esfuerzo físico da paso a las habilidades técnicas.
Pero no sólo el sistema de frenado se ve mejorado con Jagwire, ya que la marca aporta también cableado de calidad para transmitir el esfuerzo de las palancas de frenos y la precisión que requiere el sistema de cambios de la bicicleta. Y es que un buen cableado es fundamental en el rendimiento de los componentes de tu bicicleta a la par que reduce el mantenimiento.
Sin embargo, todas estas cuestiones técnicas se resumen en aquella sensación íntima que todos los ciclistas tenemos cuando presionamos una palanca de freno y notamos un tacto directo, seco, nada esponjoso o presionamos el pulsador del cambio y casi simultáneamente, la cadena ya ha saltado de piñón. O lo que es lo mismo, sentir la bicicleta como el día que la compramos.
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